La Gente muere y yo qué estoy haciendo con mi tiempo?
Un día de julio, saliendo a las 6.00 am de un hospital en Uruguay ví a un hombre llegar con dificultad a la entrada de emergencia y mientras abrían las rejas para permitirle entrar cayó al suelo inconsciente.
En menos de un minuto salió la ambulancia, los médicos aplicaron los protocolos correspondientes y finalmente después de todo el esfuerzo el hombre murió.
Volví al correo a buscar un mensaje que había recibido en la noche y que les comparto a ustedes…
La GENTE MUERE y queda todo ahí,
los planes a largo plazo,
las tareas de casa,
las deudas con el banco,
las parcelas,
las joyas,
el coche nuevo que compré para tener status.
La GENTE MUERE sin siquiera guardar la comida en el refri,
todo se pudre,
la ropa se queda colgada
o puesta en su lugar.
La GENTE MUERE,
se disuelve toda la importancia que pensábamos que teníamos,
la vida continúa,
las personas superan tu ausencia
y siguen sus rutinas normalmente.
La GENTE MUERE y todos los grandes problemas que creíamos que teníamos se transforman en un inmenso vacío.
Los problemas viven dentro de nosotros.
Las cosas tienen la energía que ponemos en ellas y ejercen en nosotros la influencia que permitimos.
La GENTE MUERE y el mundo sigue siendo caótico,
como si nuestra presencia o ausencia no hiciera la menor diferencia.
En realidad, no lo hace.
Somos pequeños, pero prepotentes.
Vivimos olvidando que la muerte siempre esta al acecho.
La GENTE MUERE, pues así es:
un parpadeo y al otro ya estás muerto.
El perro es donado y se aferra a los nuevos dueños.
Los viudos se casan nuevamente,
andan de la mano,
van al cine,
se divierten y te olvidan.
La GENTE MUERE y somos rápidamente reemplazados en el puesto que ocupábamos en la empresa.
Las cosas que ni siquiera usamos,
son donadas,
algunas tiradas a la basura.
Cuando menos esperamos,
la GENTE MUERE.
Por otra parte, ¿quién espera morir?
Si la gente esperase por la muerte,
tal vez procurara vivir mejor.
Tal vez usara su mejor ropa hoy,
usara su mejor perfume,
viajara hoy,
tal vez la gente comiese el postre antes del almuerzo.
Tal vez la gente esperase menos de los demás, si la gente esperase por la muerte,
tal vez perdonaría más,
reiría más,
apreciara la naturaleza,
tal vez valoraría más al tiempo y menos al dinero.
Si la gente tuviera conciencia de que puede partir de este mundo en cualquier momento
tal vez entendería que no vale la pena entristecerse con las cosas banales, oyese más música y
bailase aún cuando no lo sepa hacer bien.
El tiempo vuela.
A partir del momento en que la gente nace,
comienza el viaje veloz con destino al fin,
y aún hay quienes viven con prisa!!!
Sin darse el regalo de percibir,
que cada día más es un día menos,
porque la gente muere todo el tiempo,
poco a poco y un poco más,
cada segundo que pasa.i
Respondamos para nosotros, la pregunta:
¿Qué estoy haciendo con el poco tiempo que me queda?
Yo lo hice y desde ese momento he dado más importante a las cosas importantes de mi vida, he aprendido a pensar como decía Celia Cruz, que la vida es un carnaval, que es un regalo de Dios abrir los ojos cada día, tener donde dormir y descansar, tener comida y sobre todo, gentes que te amen.
Dios los bendiga